Los días que siguieron viendo que llegaban a la misma hora, en vez
de esperar a la Puri en la estación de llegada la esperaba en la
estación de salida. La vecina no se sorprendió. Durante el trayecto
hablaron de todo, cotillearon pero ninguno mencionó el casual
encuentro. Pasaron las dos semanas en un abrir y cerrar de ojos, pero
las inquietudes de Pompilio seguían en el mismo sitio. ¿por que
eludía Puri el tema de su nuevo trabajo? Hora de averiguarlo. El
primer lunes después de que se acabara la suplencia aprovechando de
que el abono transporte aun le daba para dos semanas mas, cogió el
tren anterior al que solía tomar Puri y la esperó cual mal
detective disimulando detrás de una farola. Puri apareció puntual,
como cada día e impecable como siempre. Pompilio esperó a que se
alejará un poco y luego dejó la farola a sus espaldas con los ojos
pegados sobre el contoneo de las caderas de su vecina. No estaba mal,
pensó, para su edad, y sonrió, pero al instante desvió la mirada
de su trasero al sentir que algo dormido desde hacía meses
despertaba sin control dentro del pantalón. Por el rabillo del ojo
vio como se paraba delante de una chalet individual y llamaba al
timbre. Luego empujaba la puerta metálica y subía las escaleras
hasta el porche. La puerta de la casa se abrió al instante pero no
pudo ver quien estaba detrás. Puri desapareció dentro y la puerta
se cerró de un golpe. La emoción del descubrimiento del paradero
matinal de Puri hizo que se olvidará del calentón que le provocó
las curvas de su amiga anteriormente. Se acercó con el mismo mal
disimulo al chalet para investigar si tenia algún letrero, pero no
encontró ninguna pista que elucidara el misterioso trabajo de la
vecina. Una voz dulce y empalagosa a sus espaldas casi le hizo
perder el conocimiento.
-¿Vienes para la prueba guapetón?
Pompilio con la lengua hecha un nudo solo pudo articular un gemido.
La rubia que tenia delante era despampanante: grandes pechos,
profundo escote, largas piernas y falda corta casi inexistente.
-¿Has llamado o qué? -le volvió a preguntar la rubia indicando el
timbre.
-Yo... consiguió articular Pompilio.
-¿Es tu primera vez haciendo pruebas como esta, verdad? Al menos veo
que vienes preparado y con ganas- observó la chica señalando el
bulto crecidito que punzaba el pantalón de lino de Pompilio. -No
veas lo molesto que es tener que esperar desnuda allí delante de
todo el mundo. No que me importe mucho estar desnuda, es por el puto
aire acondicionado, que lo ponen a tope, -diciendo eso la rubia llamó
al timbre.
Pompilio se quedó, esperó a que la puerta se abriera y entró tras
la rubia. Un rotulo se encendió dentro de su cabeza.
Sexo... Sexo... Sexo... parpadeaba.
Sexo... Sexo... Sexo... no dejaba de parpadear.
Un buen polvo no le haría daño ni a el ni a nadie, pensó mientras
en el rostro se le empezaba a dibujar una bobalicona sonrisa.
-Aquí viene uno, - señaló la rubia al entrar en un inmenso salón
presidido por una enorme cama escoltada por dos mesitas de noche
negras con sus correspondiente lamparas de diseño descansando sobre
la madera.
-Eres el primero. Toma esta bata, pasa a ese cuarto y sal cuando
estés listo- le indicó con un marcado acento ingles un joven que
apareció de la nada.
Pompilio cogió la bata y casi corriendo entró en el cuarto
indicado. Se quitó la ropa en un cerrar y abrir de ojos y salió
otra vez, preparado para la batalla. El joven, que le esperó fuera,
le preguntó.
-¿Estas preparado?
-Si- consiguió balbucear Pompilio.
-Bien, entonces cuando yo te diga te quitas la bata y entras en el
salón. ¿Sabes como va, es leído el folleto verdad?
-Hombre... contestó Pompilio mirando al joven con cierta
superioridad pero sin prestarle demasiado atención.
-Muy bien, pues quítate eso, -indicó la bata el joven, -y pasa.
-¿Ya?
-¡Ya!
En el salón, sobre la cama la rubia como dios la trajo al mundo, le
miraba lascivamente mientras se acariciaba los pechos de manera
sensual.
Pompilio corrió, voló y aterrizó sobre la cama. Le extrañó un
tanto la expresión de sorpresa y desagrado de la rubia que le
esquivó antes de que todo desapareciera y se quedará en una
profunda oscuridad.
Cuando Pompilio volvió en si la cabeza le bombeaba y tenia mucho
frío, la gente que rodeaba la gran cama estaba mas ocupada en calmar
a la rubia que atenderle a él. Se llevó la mano a donde sentía las
pulsaciones y se encontró con un gran chichón. La rubia aun con una
de las lamparas de diseño hecha añicos en una de las manos le
miraba con cara de asco. Estaba tan aturdido por el golpe recibido
que no se dio cuenta de que alguien repetía su nombre en tono agudo
mientras una mano extraña sujetaba la suya. Se giró hacia el sonido
de su nombre. Los ojos grandes color avellana de Puri le miraban con
sincera preocupación.
-¡Pompilio! ¡Pompilio! ¿Estas bien hijo?
-¿Pero que ha pasado? ¿Porque me ha golpeado la loca? ¿No es eso
lo que teníamos que hacer? -logró articular por fin el hombre bajo
las miradas acusadoras de los que rodeaban a la rubia.
-No hijo, no. Estos hombre solo están realizando un estudio para el
Departamento de Investigación del Centro de Asesoramiento Pedagógico
y de Orientación Sexual de Ottawa sobre la capacidad de los hombre
de entre los 30 y 40 años de mantener una erección a temperaturas
por debajo de los 10 grados mientras una mujer se les insinúa
sexualmente. Nada mas que eso, un estudio.
Pompilio masticó la información durante unos segundos, luego con
una media sonrisa, y con el dolor de cabeza reemplazado por una
visión de lo mas perturbadora, preguntó a su vecina.
-Y tú... ya sabes... tú también te desnudas.
-No chalado, yo solo me ocupo de la base de datos - le contestó Puri
medio riéndose. -Venga, vístete, que te llevo a casa.
FIN
Dibujos realizados por mi amiga y colaboradora Ale...
Vaya con Pompilio, teniendo ese nombre no podría ser tan listo.
ResponderEliminarUn saludo
Muy bueno... El sexo nubla las ideas pensamiento y tooo
ResponderEliminarjajaja
ResponderEliminarSiempre me da gracia pompilio.
Saludos y esperamos la próxima historia
;)
Pobre Pompilio, qué cosas le pasan... Ya lo echaba de menos. Un besote!!!
ResponderEliminar¡Hola Sheol! TE deseo un feliz verano, y como siempre, un placer verte por aquí, siempre creando, infatigable. Me alegro te gustara mi crónicas de Las Vegas.. Un abrazo!!!!!!!!!!
ResponderEliminar¡Qué bueno! me has tenido es ascuas mientras la emoción en el relato iba in crescendo, no me imaginaba un final así, jaja. Muy bueno campeón.
ResponderEliminarUn abrazo
Maldita sea!!! Con aquello de "algo dormido desde hacía meses despertaba sin control dentro del pantalón"....POBRE xD!!!!!!!!!
ResponderEliminarUn gustaso leerte, Sheol, y de nuevo....pobre P xD!!!!!
la mente calenturienta nos pierde :)
ResponderEliminarQué bueno el amigo Pompillo.
ResponderEliminarMe ha gustado el relato y el giro final es fantástico. Muy divertido
Besos
Nos puede la curiosidad por quien queremos...
ResponderEliminarPobre Pompilio, en qué lío se metio :) poco más y lo matan... Tendrían que estudiar a ver si era posible una erección en esas condiciones.
Muchos besos